EL COMERCIO INFORMAL
El presente tema sobre informalidad no trata de hacer una apología del comercio informal, de la competencia desleal ni la evasión de impuesto, sino todo lo contrario, tratar de plasmar en estas pocas líneas una realidad que convive yo diría en todas las ciudades del mundo, en algunas con mayor incidencia en la economía que en otras donde simplemente están como un rasgo cultural.
Cuando uno se zambulle en el mar que implica los Negocios Inclusives, vive una suerte de open mind donde la misma realidad uno la empieza a analizar de diferente angulo, ya no desde una vision flechada en un solo sentido, donde queremos transformar la realidad a nuestro punto de vista o regulacion legal, sino que incursionar en negocios inclusivos , nos invita a la reflexion sobre la posibilidad de hacer el camino inverso, partiendo desde la observacion de la realidad, e interpretarla. En funcion de esta realidad dado que la venta callejera informal es una realidad que casi se puede percibir en cualquier parte del mundo, la pregunta pasa a ser que podemos hacer en funcion de esta realidad ? y su contribución a la economía, quizas una solucion sea por pasarlos a la formalidad sin que pierda su esencia, ofrecerle garantías, en vez de una visión simplificadora de fiscalizar, reprimir, con el riesgo latente de que la corrupción tire abajo todas estas medidas ortodoxas.
Si nos remontamos siglos atrás, el mismo comercio formal acepto en conferirle a la actividad ambulatoria un reconocimiento de las costumbres y como parte de la identidad cultural de las ciudades a través de los siglos.
En la actualidad en la medida de que las ciudades fueron llenándose de gente, en especial por el efecto de inmigración en busca de pseudos mejores horizontes, se comienzan a desarrollar otros tipos de actividades, una de ella es el comercio como consecuencia de satisfacer las necesidades de estos pobladores , muchos de ellos al margen de la ley y otros tantos contra las mismas normas estatales y de regulación. De esta forma surgió el comercio informal, que esencialmente podemos definirlo como aquel que se desarrolla en las calles en forma ambulatoria o de puesto fijo, o en mercados pre-establecidos para tal fin.
El caso de la vía publica fue el primer lugar donde la gente acudió para desarrollar estos tipos de intercambio, bajo la idea universal de que ‘la calle es de todos’, luego generalmente se da que las comunas y gobiernos municipales, al observar esta realidad, comienzan a dictar normas regulatorias, y/o pequeñas tasas para así regularizar este tipo de comercio informal. El siguiente paso, ante la inseguridad de estos comerciantes al estar en la vía publica, comienzan a ocupar terrenos y formar sus propios centros comerciales, y allí estar todos juntos, un claro ejemplo en Uruguay es la llamada ‘feria de las pulgas’ a la entrada de la ciudad de Salto, o la ‘salada’ en provincia de Buenos Aires, en el correr del tiempo, comienza una suerte de legitimación de la actividad, actividad que si bien no deja de ser informal, en la mayoría de los casos estan basados en el no pago de impuestos por la importación (contrabando) y otras veces fabricando prendas sin pagar los derechos de marca, ni seguridad social de los operarios , hay que reconocer que tambien tiene cosas positivas, crea valor, satisface la demanda de cierto nivel de la población y en si misma crea un ecosistema económico, entre oferta, demanda, y fuente de trabajo, que el sistema formal no puede atender. Este es otro caso, que sin justificar la ilegalidad ni la contravención de la ley, la realidad nos demuestra que surgen espontáneamente emprendimientos económicos al efecto de satisfacer a la población de menores ingresos. Que se puede hacer ante tal situación?, en primer lugar carece de sentido no reconocerla, por lo que habría que paulatinamente regularizarla, estableciendo impuestos al estilo de monotributo que sea de bajo impacto y fácil aplicación, como así también la regularización de la situación de seguridad social de aquellos que trabajan en el sistema, ya sea en la venta de artículos, como en la confección de los mismos, a través quizás en una primera instancia de tasas diferenciales , e incluir a esta masa de trabajadores al sistema formal. Este parecería ser un camino sensato que deberían llevar adelante los gobiernos, transitar el camino de la formalización a través del reconocimiento de esta realidad, y paulatinamente ir llevándolos a la formalización, en vez del camino de la fiscalización, opresión, que es fácil suponer que surgirá corrupción, ya que estos sistemas, nacen espontáneamente, por las necesidades de las poblaciones mas pobres para satisfacer sus demandas a valores acordes a sus ingresos y de fuente laboral.